
Es curioso cómo hay tanta gente que se queja de lo malo que fue el año 2009. Yo creo que uno mismo es el responsable en buena parte de sus dichas y desdichas. No quiero que me malintepreten, no estoy diciendo que uno tiene el control de todo lo que le pasa en la vida, pero sí de un gran porcentaje.
Creo que debemos evaluar resultados de lo que nos propusimos a hacer durante el año. Lo importante es que se haya hecho el mejor esfuerzo por conseguir lo que nos propusimos: no haber dejado los objetivos a la deriva sin control alguno, y de la misma manera, proponerse objetivos realistas para el próximo año, objetivos que uno pueda cumplir, que se puedan medir y realizar.
Yo siempre he pensado que las fiestas de fin de año son un buen momento para divertirse, cambiar de actividad, descansar y meditar sobre nuestros logros, para acercarse a la familia, a nuestros amigos, y por qué no, perdonar o disculparnos con nuestros "enemigos".
Por mi parte, doy gracias a la vida porque durante 2009 me encontraron un cáncer, pero así mismo me lo erradicaron. Estuve rodeado de toda mi familia y amigos. Ahí me di cuenta que sí hay personas lindas que se manifiestan en situaciones como ésta y hacen que la recuperación sea más llevadera. Además con ese proceso de cirujía para estirpar el cáncer, uno termina viendo la vida con otros ojos. Yo doy gracias al Señor de haber tenido esa experiencia, para ahora verdaderamente disfrutar la vida.
Por primera vez he vivido de una manera tranquila y a fondo estas festividades de fin de año, compartiendo con mi familia, mis nietecitos, y mis amigos: la Navidad y el Año Nuevo.
Espero que hayan tenido una muy feliz Navidad y les deseo un Año Nuevo lleno de bendiciones.
¡Felicidades!
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